OTRO ASESINATO DE fidel castro ruz y la mafia que lo rodea
DE NUEVO
EL SILENCIO COMPLICE
EN MEMORIA DE
MIGUEL VALDES TAMAYO
PRESO CUBANO
DE CONCIENCIA
Madrid. Enero 15 de 2007- La prensa informa de la muerte de un disidente cubano en la Habana. Su nombre: Miguel Valdés Tamayo. Uno mas, hoy, en estos tiempos, en estos dias, uno más y poco mas. En apenas unas líneas, pocas, se recoge la noticia, y de nuevo el silencio cómplice, las palabras huecas, el mirar hacia otro lado. La vida sigue, la barbarie permanece. El disidente cubano tenía nombre, Miguel Valdés Tamayo y una esposa: Bárbara Collazo. Y una corta, que no pequeña, historia de compromiso con la libertad de Cuba. Miguel era uno de los 75 opositores detenidos en la represión contra la disidencia interna del 2003. Lo habían sacado de la prisión, a la cárcel grande, negándole el permiso de salida para ser tratado de su enfermedad, luego, los valientes brigadistas de respuesta rápida (tremendo titulo para semejantes bárbaros) le dieron una paliza brutal que acentuó sus dolencias y aceleraron su muerte el pasado miércoles, a los 50 años. Ya podemos incluirle en la tétrica lista de muertos bajo el terror, ese suma y sigue, que a algunos de nosotros, nos avergüenza y nos conmueve, a partes iguales. Vivió a golpes, entre el sobresalto y la cárcel Esto es, lo que implica ser disidente en Cuba. .Mientras escribo, españoles muy dignos, muy amantes de la libertad, la suya, gritan en las calles en manifestación por la Paz. La paz eterna que añora el Presidente ZP. Tras las pancartas muchas caras conocidas, muchos de ellos, son los mismos que viajan a Cuba, admiran a su presidente, ejemplarizan sus mensajes revolucionarios, y hasta, ateos como son, dedican sus oraciones por la pronta recuperación del compañero Castro. Todos ellos aman la paz sobre todas las cosas. La libertad un poco menos, sobre todos si es la libertad de los otros-De eso que se ocupe le compañero Fidel-Y el compañero Fidel, sigue dejando su estela de muerte, muerte ajena, naturalmente, para no defraudar a sus admiradores. La paz eterna, o sea la paz de los cementerios, para los disidentes cubanos .El silencio vergonzante para tapar la muerte de Miguel Valdés Tamayo, como antes se silenciaron la muerte de tantos otros, y las vidas, de los que se pudren en las cárceles por toda la Isla. Los Europeos , los españoles " pobres progres", piden insistentemente el cierre de la cárcel de Guantánamo, olvidando pedir que se abran de inmediato todas las que a lo largo de la Isla fueron denunciadas por proferir a sus prisioneros, 283 presos de conciencia recocidos por instituciones de Derechos Humanos, un trato Cruel,
Inhumano, y Degradante. Para Miguel Valdés Tamayo, mi recuerdo y mi gratitud por su valentía. Para su esposa Bárbara Collazo, mi cariño fraterno. Para todos los demás, mi maltrecha esperanza.
Por Mari Paz Martínez Nieto
Columnista
Madrid
España
La Nueva Cuba
Enero 15, 2007
EL SILENCIO COMPLICE
EN MEMORIA DE
MIGUEL VALDES TAMAYO
PRESO CUBANO
DE CONCIENCIA
Madrid. Enero 15 de 2007- La prensa informa de la muerte de un disidente cubano en la Habana. Su nombre: Miguel Valdés Tamayo. Uno mas, hoy, en estos tiempos, en estos dias, uno más y poco mas. En apenas unas líneas, pocas, se recoge la noticia, y de nuevo el silencio cómplice, las palabras huecas, el mirar hacia otro lado. La vida sigue, la barbarie permanece. El disidente cubano tenía nombre, Miguel Valdés Tamayo y una esposa: Bárbara Collazo. Y una corta, que no pequeña, historia de compromiso con la libertad de Cuba. Miguel era uno de los 75 opositores detenidos en la represión contra la disidencia interna del 2003. Lo habían sacado de la prisión, a la cárcel grande, negándole el permiso de salida para ser tratado de su enfermedad, luego, los valientes brigadistas de respuesta rápida (tremendo titulo para semejantes bárbaros) le dieron una paliza brutal que acentuó sus dolencias y aceleraron su muerte el pasado miércoles, a los 50 años. Ya podemos incluirle en la tétrica lista de muertos bajo el terror, ese suma y sigue, que a algunos de nosotros, nos avergüenza y nos conmueve, a partes iguales. Vivió a golpes, entre el sobresalto y la cárcel Esto es, lo que implica ser disidente en Cuba. .Mientras escribo, españoles muy dignos, muy amantes de la libertad, la suya, gritan en las calles en manifestación por la Paz. La paz eterna que añora el Presidente ZP. Tras las pancartas muchas caras conocidas, muchos de ellos, son los mismos que viajan a Cuba, admiran a su presidente, ejemplarizan sus mensajes revolucionarios, y hasta, ateos como son, dedican sus oraciones por la pronta recuperación del compañero Castro. Todos ellos aman la paz sobre todas las cosas. La libertad un poco menos, sobre todos si es la libertad de los otros-De eso que se ocupe le compañero Fidel-Y el compañero Fidel, sigue dejando su estela de muerte, muerte ajena, naturalmente, para no defraudar a sus admiradores. La paz eterna, o sea la paz de los cementerios, para los disidentes cubanos .El silencio vergonzante para tapar la muerte de Miguel Valdés Tamayo, como antes se silenciaron la muerte de tantos otros, y las vidas, de los que se pudren en las cárceles por toda la Isla. Los Europeos , los españoles " pobres progres", piden insistentemente el cierre de la cárcel de Guantánamo, olvidando pedir que se abran de inmediato todas las que a lo largo de la Isla fueron denunciadas por proferir a sus prisioneros, 283 presos de conciencia recocidos por instituciones de Derechos Humanos, un trato Cruel,
Inhumano, y Degradante. Para Miguel Valdés Tamayo, mi recuerdo y mi gratitud por su valentía. Para su esposa Bárbara Collazo, mi cariño fraterno. Para todos los demás, mi maltrecha esperanza.
Por Mari Paz Martínez Nieto
Columnista
Madrid
España
La Nueva Cuba
Enero 15, 2007
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